“Entró en el agua, que en su mayor profundidad no le llegaba ni a la rodilla, la atravesó dudando, descuidadamente, y dejó el banco de arena. Allí se detuvo un momento, con el rostro vuelto hacia la anchura del mar, luego empezó a caminar lentamente, por la larga y angosta lengua de tierra, hacia la izquierda. Separado de la tierra por el agua, separado de los compañeros por un movimiento de altanería, su figura se deslizaba aislada y solitaria, con el cabello flotante, allá por el mar, a través del viento, hacia la neblina infinita”…......
Fragmento de "La Muerte en Venecia" de Thomas Mann.
Muerte en Venecia
Ciudad de canales decadentes.
He llegado a ella en mi afán
de evaporar mi vida.
Enfermo y triste, me sumerjo en un amor prohibido.
Un amor visionario, donde la carne no cuenta.
Venecia sometida en una lucha a muerte
donde los centauros y los dragones
vuelan juntos para hacer caer la torre del esplendor.