Se paró frente al muro blanco, con su mente divagando
recordó tristemente que no había podido terminar su obra.
Tenía pendiente averiguar el flujo de las aguas
y convertirlas en cascadas más potentes.
Apareció la pena y el dolor
nunca había dejado a medias sus encomiendas.
También recordó a su madre en la antesala,
a su padre conversando sin palabras.
Un cuervo enorme oprime el centro de su pecho
percibió su fe , sus delirios,
de pronto…sintió que las alas comenzaron
aletear para salir de la prisión que lo retiene.
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