jueves, 4 de julio de 2013

Max Ernst.Family Excursions. c. 1919.




Lo intocable

 

Cotidianidad, dulce cotidianidad,

día a día nos miramos a la cara,

día a día colocamos nuestros sueños

en pequeños barriles.

La costumbre te mantiene inmóvil,

rompiendo  nuestros añejos planes

concebidos en la oscuridad del cuarto solitario.

Planes transformados que se pierden en un vacío,

contrarios, blancos, azules o simplemente verdes,

Decisiones que se crean con el aliento roto,

con monedas con hoyos

y con un poco de marfil.

Vida que se cruzan y se mantienen cruzadas

en el ámbito de una nuez de moscada.

Camino paralelo al infinito,

camino sin fin, olvidado

por uno mismo.

 


Max Ernst. El Beso 1925



Max Ernst. El beso 1925

...

 

Mi pie que define mi silueta.

Es  mi punto final, mi infinito


Max Ernst.Landscape with Wheatgerm. 1936




El derecho de todos

 

En estos días los peces han cambiado de figura,

se han convertido en especímenes distintas,

han conseguido abrir un hueco en sus abdómenes,

han estirado sus cuellos al infinito.

Ya reposan en el lecho de las casas.

Ha habido una metamorfosis distinta,

se dejan enredar en las algas

y juegan cerca de hombres con cornetas.

Los hombres han conseguido entender

a sus amigos, han abierto sus pechos y sus recintos,

han  comprendido que los peces

tienen un lugar en sus dominios.




Max Ernst.Surrealism and Painting. 1942.




Fantasías y más fantasías

 

Las veces  que me quedo inmóvil

consigo dibujar sobre un lienzo de aire

los cuadros que permanecen estáticos en mi mente.

Mis manos salen de mi testa,

como pulpo amarillo,

con la precisión que da mi fantasía oculta.

Me subo sobre un  baúl de mago abandonado

para lograr el equilibrio manso de mi mente.

Siempre logro pintar mis mejores cuadros

cuando estoy en cierne de  un amor rebelde.

 

 

Max Ernst.The Robing of the Bride.. 1940




Sentimientos en el ojo de un pájaro

 

Cada día que me visto de pájaro,

que me envuelvo en las plumas naranjas

y me veo reflejada en espejos dispares,

me pregunto por qué  se  me acercan

con lanzas, los  hombres pequeños que

tienden a  asustarme.

Me pregunto por qué las mujeres de cabellos

lacios y revueltos de arena,

me acorralan, me impiden mis pasos

me empujan , me atacan.

Y los hombres verdes, llenos de rabia

se tiran en el suelo

y consiguen que no vuelva

a usar de nuevo

 mi manto de pluma.

12/23/10


Max Ernst.A Night of Love/Une nuit d'amour. 1927




Armonía

 

Me acuesto contra la cama y

trato de lograr una superficie casi plana

para que todos mis puntos de placeres

engarcen fácilmente  con tu cuerpo.

Me convierto en rompecabezas de mil caras

y permito  que tus manos investiguen

los lugares donde se encuentra

el misterio de  la vida.

En mi centro hay una paloma,

dejo que la misma

bata alas, que murmure,

que se mueva ondulante, ¡como cisne!

que se estremezca, que salte, como conejos

ardientes, dentro de su cueva,

hasta alcanzar la cima de los goces.     

Y luego, dejo que prenda  vuelo hacia el infinito.

 

 


Max Ernst - Approaching Puberty or The Pleiades (1921)





Cultivando un instante

 

Ingravidez, locura del tiempo y el espacio,

ingravidez de las horas locas,

de las estaciones del año,

alcanzarla es una proeza.

Es mejor dejar a un lado los momentos

crueles, que impedir un toque de locura;

no puedes negar tu sensación de aplomo,

no puedes negar tus ansias escondidas,

no cruces la línea de esos  momentos

donde se logran

unir dos  mundos distintos .

No permitas cuando seas mujer,

romper con esos estados de maestría,

no accedas ignorar los momentos en que

pierdes el instante  razonable;

ingravidez sólo ingravidez.