Juegos con dados
Mi
otro yo, se da cuerda,
se
monta en bicicleta,
y
es capaz de saltar como títere.
Para
hundirnos en la mar
se
necesita coraje,
y
así navegar al albur.
A
mi yo, no sé qué le pasa,
se
queda tranquilo a veces
y
comienza a balbucear.
Espera
con saña los pájaros feroces
que
no cesan de volar.
En
un mar de aceite
se
puede correr el riesgo
de
terminar como pan.
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