En silencio con roturas
Se
me ha ocurrido enredarme,
entre
alambres y cintas.
He
puesto sobre mis ojos un sinfín
de
calamares, he mantenido el equilibrio
aunque
he perdido mi vista.
Pero
lo que más añoro es tener
a
otro cuerpo que palpite.
El
estar entre columnas,
entre
concreto y cemento,
no
me deja oír el latido de otra vida.
Mantengo
mis manos cerca
con
intención de hacer señas
y
poder hablar con gestos
desde
el balcón al cielo.
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