jueves, 4 de julio de 2013

Max Ernst. After Us Motherhood. 1927.




Sin límite

 

¿Que se tiene entre sus brazos?

Un sinsonte, un canario o tan solo un tomeguín.

Se tiene todo el infinito del amor y del perdón.

 

En mis brazos,

un quejido,

un latido de amor y  perdón.


Max Ernst. The Couple or The Couple in Lace. 1925.




Desproporción en un cuadro

 

Una pareja se arregla

para la fiesta de Pascua,

se visten de flores y gallos.

Ella esta cual muñeca negra

en un rincón de la casa,

el precisa de las luces

para mostrar sus encantos.

La pareja se da cuenta

que cada cual tiene un cambio,

el que mira a la izquierda

es contrario a la derecha.

La pareja que se encuentra

 para las fiestas tempranas,

se convierten en papeles,

papeles para otros bailes.

 

12/29/10



Max Ernst. The Equivocal Woman (also known as The Teetering Woman).




En silencio con roturas

 

Se me ha ocurrido enredarme,

entre alambres y cintas.

He puesto sobre mis ojos un sinfín

de calamares, he mantenido el equilibrio

aunque he perdido mi vista.

Pero lo que más añoro es tener

a otro cuerpo que palpite.

El estar entre columnas,

entre concreto y cemento,

no me deja oír el latido de otra vida.

Mantengo mis manos cerca

con intención de hacer señas

y poder hablar con gestos

desde el  balcón al cielo.

 


Max Ernst. Woman, Old Man and Flower/Femme, viellard et fleur.




Los que se pierden

 

A los pescadores les gusta hacerse a la mar

rodeados de lindas flores.

Las ponen sobre la popa

y las dejan caer al agua

para marcar su trayecto. 

Algunas flores protestan

porque se pierden en la mar,

y no tienen instrumentos

para volver a su nido.

A otras flores no les importa

quedarse lejos de casa.

Ellas prefieren vivir en la cresta de una ola,

con el vaivén y la música

de los delfines y ballenas.


Max Ernst. Castor and Pollution. 1923




Juegos con dados

 

Mi otro yo, se da cuerda,

se monta en bicicleta,

y es capaz de saltar como títere.

Para hundirnos en la mar

se necesita coraje,

y así  navegar al albur.

A mi yo, no sé qué le pasa,

se queda tranquilo a veces

y comienza a balbucear.

Espera con saña los pájaros feroces

que no cesan de volar.

En un mar de aceite

se puede correr el riesgo

de terminar como pan.

 


Max Ernst. Birds; also: Birds, Fish-Snake and Scarecrow. c. 1921




Lugar para mantenerse callado

 

En mi pequeño zoológico del patio

tengo clasificados a todos sus habitantes.

Me gusta estar cerca de los pájaros,

porque mantienen sus bocas amordazadas,

con finos bocados del mar.

Al perro lo tratamos con rudeza

no vaya a ser que se le ocurra

mover la cola a su capricho.

Las garzas las tenemos duplicadas

con tan sólo una no hay castigo,

se necesitan dos para el suplicio.

La víbora la dejamos a su albedrío,

porque ella puede indagar sobre

todo el poderío,

que tiene un sólo inquilino.

 

 


Max Ernst. Young Chimera / Jeune chimère





Aplicación

 

 A pesar de mis débiles piernas,

y de mi cabeza inconfundible,

me he mantenido en este pequeño espacio

con mis zapatos morados y con lazos.

He enseñado ciencias y alquimia,

dependiendo de la gravedad del caso.

He encendido la lumbre en las mentes

de gorriones y de  palomas,

que en algunas noches de insomnio

recuerdan la sinfonía que éramos

capaces de entonar sin piano.

Esos recuerdos parcos y cortos me mantienen

parado aun sobre mis débiles piernas

y con mi cabeza inconfundible.