Solo humo y sangre rodean a la noche
con pensamientos convertidos en huracanes
y sin tener aliento para desear buenos augurios.
Nos encontramos sometidos en una trinchera estrecha,
estrecha como las ideas que las engendraron.
No importa el lugar, ni importa el idioma
en que se cursa esas palabras
que afloran en nuestras bocas resecas y malolientes.
Terror al humo que sorprende
y deja las esperanzas sin curso.
Es imposible creer que una voz se alza
entre tantos muertos.
Una voz que trae recuerdos de nuestros hogares.
Suceden milagros en las almas
y se destruye la línea divisoria que las aparta.
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la fuerza del amor hizo que se abrieran las fronteras y flotarn los verdaderos valores humanos entre los hombres.Abrete Blanca como esas fronteras y saca todo tu volcan de versos para disfrute y regocijo de quiens aman y crean
ResponderEliminarHector Anival