Los colores vienen galopando, embrujados
y me convierten en una niña tonta.
Mis manos duelen
de tanto fregar los pisos.
No duermo, tengo que aventajarle al tiempo.
Sangre que plasmo como rosa,
en un lienzo inmenso
que cultivo entonando un mantra .
La arcilla, las plantas y las flores
se convocan en un espacio pequeño
y salen disparados por mi pincel. |
bello poema a una bella obra Serafine es la sintesis del don que Dios da a los que saben amar.Linda obra y bello juicio en el poema.
ResponderEliminarfelicidades
Hector Anival